Colombia volvió a sentir la
amenaza de las bandas paramilitares, hoy denominadas bandas criminales –
Bacrim-, municipios de los departamentos de Cordoba, Magdalena, Sucre y
Antioquia estuvieron bajo un paro armado los días 5 y 6 de enero.
La banda paramilitar denominada
los Urabeños, enviaron a comunicado a comerciantes, transportadores y comunidad
en general, prohibiendo toda actividad económica en diferentes municipios de
Colombia, generando un caos y traumatismo en cada municipio donde fue dada esta
orden; en su comunicado se identifican como Autodefensas Gaitanistas de
Colombia y protestan por el asesinato de su líder Juan de Dios usaga Madrid por
parte de los organismos del estado.
Miembros de Movimiento
Dignidad, se encuentran en Santa Marta (Magdalena) en estos momentos, durante
los primeros días del 2012, se han reunido con organizaciones sociales y ONG en
Santa Marta, tomándolos este paro armado en la ciudad; durante las primeras
horas del jueves 5 de enero, el comercio de la ciudad estuvo cerrado, no había transporte
público y la ciudad prácticamente se encontraba vacía.
Algunas personas comentaban,
que mientras compraban los alimentos para preparar el desayuno en las primeras
horas de la mañana, vieron llegar a personas en motos, que obligaban a los
tenderos a cerrar las tiendas, bajo amenazas.
El mercado publico permaneció
cerrado durante todo el día, aun cuando el ejército, el alcalde y la policía hicieron
presencie en el lugar, era casi imposible el día de ayer encontrar un bus para movilizarse por la ciudad y solo la zona turística operaba
con normalidad.
En horas de la noche, fueron
quemados dos taxis, lo que muestra que la presencia de la policía y el ejército
han sido insuficientes.
Hoy viernes 6 de enero, la
ciudad no retorna a la calma, todavía se observa una disminución del transporte
público y comercio de la ciudad, muchas tiendas de barrio no han abierto, solo
almacenes de cadena se encuentran abiertos.
Expresamos nuestra preocupación
por estos hechos, una vez más las fuerzas paramilitares han mostrado su poder
en Colombia y la capacidad de infundir miedo a la población civil, por lo que
es necesario abrir el debate acerca de la fallida desmovilización de las bandas
paramilitares en el gobierno de Alvaro Uribe Velez y la falta de garantías de
seguridad a la población civil en muchos lugares de Colombia.
Asimismo, este hecho, fue
una especie de recibimiento a los nuevos alcaldes y gobernadores, que se
posesionaron en toda Colombia entre el 1 y 2 de enero, que deberán enfrentar
este desafío.
El Gobierno Colombiano, en
cabeza de Juan Manuel Santos, dio un parte de seguridad a los colombianos,
diciendo que no se dejaran amenazar por las bandas paramilitares, (que no
reconocen como bandas paramilitares, sino como bandas narcotraficantes) y
asegura que estos están luchando por el dominio de rutas de narcotráfico,
gasolina ilegal y tierras que deberán servir para la reparación de las víctimas
del conflicto armado.
Sea cual sea las razones,
estas bandas hacen parte de estucturas paramilitares que nunca se
desmovilizaron, mostrando las fallas de los planes de desmovilización del
estado colombiano.
Exigimos al estado
colombianos que proteja a sus ciudadanos, que no pueden estar a la merced de
las bandas paramilitares, esto es una grave violación a los Derechos Humanos y
el estado no puede quedarse mirando esto como si nada pasara.
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