martes, 17 de enero de 2012

Colombia sitiada por bandas neo paramilitares


El paro armado al que fueron sometidos varios departamentos de Colombia, revela el poder de las estructuras neo paramilitares, aun cuando el gobierno y organismos de control estatales, siguen insistiendo que estas no están vinculadas a las bandas paramilitares, o se diferencian en su accionar.

Hace algunos días, la defensoría delpueblo insto a los nuevos mandatarios electos a acatar las recomendaciones del Sistema de Alertas Tempranas (SAT), en esta se encuentran los siguientes datos:  

En los departamentos de Córdoba, Sucre, Bolívar, Atlántico, Magdalena, La Guajira y Cesar, que conforman la Región Caribe, hacen presencia los grupos ilegales que se autodenominan Los Urabeños o Águilas Negras, Los Paisas y Los Rastrojos.

En el área metropolitana de Barranquilla, las acciones frecuentes de estos grupos se expresan en amenazas de muerte contra los dirigentes sociales y comunitarios y en las extorsiones y presiones contra transportadores y comerciantes, en el caso de Santa Marta.

Las organizaciones armadas ilegales que operan en la región noroccidental en los departamentos de Antioquia, Chocó, Risaralda, Quindío y Tolima, buscando influir en la explotación de los recursos naturales y en las presiones contra las comunidades campesinas, indígenas y afrocolombianas en resistencia. En el campo de la minería, los actores armados ilegales interfieren a través de la oferta de seguridad para la extracción minera, el cobro extorsivo de porcentajes sobre la explotación a empresas y personas, y la apropiación de recursos mineros, lavando capitales y financiando acciones armadas, ejerciendo control sobre los asuntos de la administración municipal.

Esta situación se repite en relación con las obras de infraestructura, la instalación de monocultivos agroindustriales, los proyectos energéticos, de exploración y la explotación petrolera, las plantaciones forestales y las cadenas madereras. Todas estas actividades han vinculado a los entes locales y regionales con grandes capitales, los cuales son objeto de interés de los actores armados.

En el sur occidente de Colombia, de manera particular en los departamentos de Nariño, Cauca, Caquetá, Putumayo y Valle del Cauca, las estructuras armadas ilegales autodenominados Águilas Negras, Rondas Campesinas, Urabeños y Autodefensas del Llano, en algunas zonas de esta microrregión, son los que ejercen la violencia a través de la fuerza y de las armas, controlan los territorios en los que hicieron presencia las extintas AUC, manejan los circuitos económicos ilegales y buscan incidir en las decisiones de algunas administraciones locales.

En los departamentos que integran el nororiente del país, entre ellos Norte de Santander, Arauca y Santander, incluida la región del Magdalena Medio, hacen presencia los grupos autodenominados Águilas Negras, Urabeños, Los Botalones y Los Rastrojos. Las organizaciones armadas ilegales buscan aprovechar que estas regiones cuentan con importantes riquezas minerales e infraestructuras para la explotación y expansión de petróleo, carbón, oro y cultivos agroindustriales, para captar recursos mediante la extorsión.

Las Águilas Negras-Urabeños y Los Rastrojos hacen presencia en los municipios fronterizos del departamento de Norte de Santander y en la subregión de Catatumbo y Ocaña, se comunican con los municipios del sur del Cesar y sur de Bolívar y garantizan una ruta hacia el nordeste antioqueño, el Bajo Cauca y el sur de Córdoba. Estos mismos grupos armados ilegales extienden sus acciones hacia el Magdalena Medio, de manera que su presencia es percibida en el centro petrolero de Barrancabermeja, confluyendo en un enfrentamiento y/o en procesos de articulación con el grupo armado ilegal Los Paisas, los cuales mantienen una importante interconexión desde la capital de Antioquia hacia municipios como Puerto Berrío y Puerto Boyacá.

En los departamentos de Meta, Guaviare, Vichada, Casanare, Cundinamarca y Bogotá, hacen presencia integrantes y reductos de organizaciones armadas provenientes de las desmovilizadas AUC como el Ejército Revolucionario Antiterrorista de Colombia (ERPAC), las Águilas Negras, Los Rastrojos y las autodenominadas Autodefensas Unidas de Cundinamarca. 

El accionar de estos grupos armados ilegales se evidencia de manera particular en las amenazas expresadas vías panfletos amenazantes, mensajes de textos o correos electrónicos o amenazas directas de manera contra las personas y las comunidades. 

En los escenarios urbanos caracterizados por la alta densidad poblacional, estos grupos armados han desplegado actividades económicas ilícitas, principalmente en los circuitos de distribución de sustancias alucinógenos y buscan justificar su accionar valiéndose de ofertas de seguridad ilegal ante la creciente inseguridad en las calles expresadas en acciones delictivas vinculadas al robo, fleteo, extorsión, atraco y violaciones de mujeres.

En la zona rural ubicada entre los grandes centros económicos del piedemonte llanero y la frontera oriental, los grupos armados ilegales pretenden ejercen control local y regional, disputándose secciones del territorio municipal y poblacional con otros grupos armados. Los grupos posdesmovilización promueven acciones antisubversivas y violentan los derechos fundamentales de los pobladores por medio de amenazas y asesinatos.

Esto revela la enorme estructura criminal de los neoparamilitares, convirtiéndose en una nueva amenaza, violando los derechos humanos de los colombianos, por lo que es necesario que los nuevos mandatarios tomen acciones, acaten las recomendaciones de alertas tempranas, llamando a estas bandas por su nombre, y no cambiándoles la denominación.   

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